FESTIVAL DE LOS PATIOS
Debido a la climatología seca y calurosa de Córdoba, los habitantes de la ciudad, primero los romanos y más tarde los musulmanes, adaptaron la tipología de casa popular a las necesidades, centrando la vivienda en torno a un patio, que normalmente tenía una fuente en el centro y en muchas ocasiones un pozo que recogía el agua de lluvia.
Los musulmanes readaptaron este esquema dando entrada a la vivienda desde la calle a través de un zaguán y colocando vegetación abundante para aumentar la sensación de frescor.
Existen dos tipos claros de patios: Un primero de casa unifamiliar donde las estancias se distribuyen alrededor de este. Suele estar enclaustrado y el suelo es enlosado o de mosaico empedrado.
Un segundo, de casa de vecinos, hoy en día menos populares, desde donde se accede a las viviendas. Suele tener dos plantas, con lo que el patio se enriquece con balcones corridos, escalera y tejadillo. Los suelos suelen ser empedrados. Es frecuente el pozo en lugar de la fuente y lavadero común.
El barrio más característico es el del Alcázar Viejo, entre el Alcázar y la parroquia de San Basilio, aunque también los encontramos por el barrio de Santa Marina, alrededor de San Lorenzo y la Magdalena. En el entorno de la Mezquita Catedral, el barrio de la judería presenta también ejemplos de gran belleza y antigüedad. El exponente más bello lo encontramos en el Palacio de Viana, que ofrece doce patios diferentes.
Desde el año 1921 el Ayuntamiento de la ciudad organiza durante la primera quincena de mayo un concurso de Patios, en el que los propietarios de estos engalanan sus viviendas con ahínco para conseguir el prestigioso galardón ofertado por el Consistorio.
Paralelamente se celebra un festival con numerosas actuaciones folclóricas donde se dan cita los mejores cantaores y bailaores de la tierra.
Todo esto acompañado del vino Montilla-Moriles, fino de la tierra con tapas típicas.